El crecimiento económico a nivel mundial ha sido ¡EXPLOSIVO! en los últimos años. Lo que comenzó a cuestionarnos si este crecimiento era sano para la economía, el medio ambiente y la sociedad.
La filosofía del desarrollo ha evolucionado con el tiempo aquí y en todas partes, y hoy se tienen nuevas formas de pensamiento acerca del impacto que tienen por misión las empresas con la sociedad y el medio ambiente. Ya no basta solamente con generar empleo y dinero, hoy se exige más.
Comenzaremos por definir que es el “TRIPLE IMPACTO”. Este es un modelo económico que persigue otros fines además de la rentabilidad financiera, sin que éste desaparezca lógicamente. Busca además, generar un impacto social y medioambiental positivo. En otras palabras, un éxito corporativo diferente.
Para lograr el balance de este modelo dentro del gremio inmobiliario, la empresa debe contagiar a su equipo con la misma visión, es decir, modificar de raíz la cultura de la organización.
Para generar desarrollos urbanos con triple impacto, se debe estructurar desde lo formal a lo esencial.
- Insertar la filosofía en el corazón y ADN de la compañía (lo esencial), y contagiar con el mismo espíritu al equipo.
- Plantearlo en sus estatutos (lo formal), para trabajar con coherencia los desafíos, y gestionar de mejor manera el impacto para la comunidad a la que nos dirigimos.
- Ser creativos: Generar mucho menos desperdicio, ahorrar energía, donar los sobrantes de material para que se transforme en algo más; es un cambio mucho más grande que usar paneles solares.
Como bien lo mencionamos al principio, las filosofías y las tendencias van cambiando, este es un proceso natural porque las generaciones van creciendo y tomando lugar de lo que hoy conocemos como nuestro. Así que todo esto se reduce a ideales y objetivos que se deben compartir como equipo con solo una cosa en mente: ¿Cuál es el legado que queremos dejar? ¿Qué es lo que le queremos dejar a esas generaciones?
Este modelo de proyectos forman parte de un movimiento global con visiones comprometidas no solo con el bienestar actual, sino con las futuras generaciones. El desarrollo sostenible tiene como objetivo que el medio ambiente no sea comprometido, garantice un mejor futuro y preserve el medio ambiente. Todo esto, trae consigo ahorro a corto, mediano y largo plazo para las comunidades.